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Un abogado pasa un promedio de 7 años en la universidad. Esto se divide en 4 años de la escuela de pregrado y 3 años más de la escuela de derecho. Se requiere una licenciatura para ingresar a la facultad de derecho con cursos preferibles en inglés, oratoria, gobierno, historia, economía y matemáticas. La mayoría de las facultades de derecho requieren que el solicitante tome un examen de admisión a la facultad de derecho (LSAT). Para finalmente convertirse en abogado, la mayoría de los estados y jurisdicciones quieren un título de Juris Doctor (JD) en derecho, y luego debe aprobar el examen de la barra.

Los abogados representan a los clientes en juicios civiles o penales y presentan pruebas para su defensa. También asesoran a sus clientes sobre sus derechos u obligaciones legales y les asesoran sobre la mejor forma de proceder de acuerdo con sus circunstancias legales. Un abogado realiza investigaciones sobre cuestiones legales y está calificado para interpretar leyes, regulaciones y fallos. Redactan documentos legales como testamentos, escrituras, contratos, demandas y apelaciones. También pueden supervisar a los asistentes legales o asistentes legales.

Un abogado puede especializarse en muchas áreas diferentes de esta profesión. Por ejemplo, pueden optar por especializarse en un área determinada del derecho, como derecho penal, defensa, enjuiciamiento, impuestos o derecho ambiental. La mayoría de los abogados trabajan en interiores y en edificios de oficinas, sin embargo, es posible que sea necesario viajar para reunirse con clientes o asistir a audiencias judiciales.

¿Por qué no se pueden contratar abogados?

Los abogados no pueden realizar ningún tipo de trabajo como empleado. Para ser claros, ni siquiera pueden ser contratados por otros abogados. De hecho, la ley del ordenamiento jurídico establece que el abogado es autónomo. ¿Cuál es el significado de esta predicción? El significado se ve en la garantía de independencia y autonomía que debe caracterizar la profesión de abogado. Los abogados especializados en efecto, por la alta función social que desempeñan (la defensa de los derechos ciudadanos es uno de los derechos inviolables de nuestro ordenamiento jurídico), deben poder ser libre y autónomos, mientras que el empleado es por definición dirigido y coordinado. por su empleador de trabajo.

Ser trabajador por cuenta ajena o por cuenta propia no implica diferencias solo a nivel del contrato de trabajo o en la tributación (el trabajador paga impuestos y cotizaciones a su empleador, mientras que el trabajador autónomo los paga en persona). De hecho, la diferencia es más profunda: el abogado no puede ser contratado porque debe ser independiente en sus elecciones y no puede ser dirigido por otra persona.

De hecho, todo el conjunto de normas que rigen la profesión de abogado tiene como objetivo garantizar su independencia, por ejemplo:

el abogado siempre es libre de rechazar una asignación o renunciar al mandato, incluso durante un juicio en curso, con el único cuidado de no dañar el derecho de defensa de su cliente (por ejemplo, el abogado no puede renunciar al mandato la noche anterior al juicio) audiencia, porque el cliente no tendría tiempo de buscar otro abogado durante la noche). El abogado siempre puede negarse a aceptar la cesión de un cliente, cuando quizás siente que la aceptación del mandato podría crear un problema de conciencia (pensemos en el caso clásico de defensa en el juicio penal de un criminal atroz). La única excepción la constituye el defensor: cuando es designado, no puede negarse a realizar una cesión. En algunos casos, el abogado incluso tiene el deber de rechazar un mandato, cuando, por ejemplo, se encuentra en un conflicto de intereses o cuando la asignación presupone habilidades en áreas específicas que el abogado no posee (piense, por ejemplo, si un abogado de divorcio presenta un cliente que necesita ser defendido en un juicio por asesinato). Sin embargo, si el abogado fuera un empleado, no podría negarse a realizar un encargo porque sería su empleador quien se lo confiaría;

el abogado siempre responde personalmente al cliente. El abogado que es contratado por el cliente siempre es responsable ante el cliente de sus acciones profesionales. Si el abogado se equivoca, por ejemplo, no podrá justificarse diciendo que solo cumplió órdenes y que se limitó a hacer lo que otra persona le dijo. El abogado asume la responsabilidad de todas sus elecciones y acciones y es responsable de ellas frente al cliente. Aun cuando la cesión sea encomendada por el cliente a un despacho asociado o incluso a una empresa entre profesionales, el servicio lo realiza siempre un abogado (o más abogados) específicamente identificado, con nombre y apellidos, pues responderá personalmente a los cliente.

¿Qué significa bufete de abogados asociado?

Para un joven profesional, crear un despacho de abogados en sevilla puede ser el primer paso hacia una mayor estabilidad económica.

1. Despacho de abogados asociado: locales

Abrir un bufete de abogados es el objetivo de muchos abogados en prácticas, especialmente de aquellos que no tienen la suerte de tener un bufete ya iniciado. Sin embargo, una vez adquiridos los requisitos previos, como la licenciatura en Derecho, el aprendizaje, la superación del examen de abogacía y la inscripción en el registro de abogados, se requiere un esfuerzo adicional en términos de capital, estrategia, iniciativa, paciencia y voluntad de cooperación.

La alternativa a un pequeño bufete de abogados con un solo profesional es crear un bufete asociado. De este modo, podrá reducir los gastos y tener una mayor competitividad en el mundo de la asesoría jurídica que ahora está saturado.

2. Cómo crear un bufete de abogados asociado

Crear una empresa asociada no significa simplemente compartir un estudio, sino compartir un proyecto profesional.

Los pasos son

Constituir la empresa mediante escritura privada con firma notarial o mediante escritura pública (en el documento deben constar el nombre, los apellidos y los títulos profesionales de los socios y debe enviarse a todos los colegios profesionales correspondientes);

abrir un número de IVA a nombre de la empresa.

Además:

los ingresos producidos por la empresa no se clasifican como ingresos empresariales, sino como ingresos por cuenta propia, y todos los miembros de la empresa asociada deben estar inscritos en el Colegio de Abogados. Desde el punto de vista fiscal, las cuotas son percibidas por la asociación y las cuotas de participación en beneficios son proporcionales a las asignaciones de cada asociado (salvo que se indique lo contrario en la escritura de constitución);

los asociados individuales también deben darse de alta en la caja de la seguridad social y luego pagar las cotizaciones correspondientes;

la renta de cada asociado tributará a efectos del IRPEF, mientras que el IRAP (Impuesto sobre la Renta de las Actividades Productivas) y los estudios sectoriales se aplicarán a la empresa asociada;

entre el profesional y su cliente sigue siendo una relación individual, por lo que es posible regularizarla mediante un contrato o una carta de encargo;

a nivel de responsabilidad profesional, la relación se establece exclusivamente entre el asociado individual y el cliente.

3. Las ventajas de una asociación

Las ventajas de trabajar con una empresa asociada son:

La capacidad de compartir los costes de funcionamiento de la empresa;

La posibilidad de deducir los costes de equipamiento;

La capacidad de contratar personal para atender a toda la empresa (por ejemplo, una secretaria);

compartir el marketing y la publicidad online y offline (por ejemplo, un sitio web);

La posibilidad de disponer de diferentes profesionales y competencias (por ejemplo, contables y abogados o psicólogos y médicos);

la posibilidad de ofrecer al público un panorama más amplio y completo de competencias.

4. Asociaciones profesionales

Una alternativa a la oficina del asociado es la asociación profesional STP.

Las Sociedades Profesionales permiten la asociación entre trabajadores pertenecientes a las denominadas profesiones protegidas o reconocidas, aquellas que están amparadas por una orden profesional, un colegio y/o un registro específico. Así que incluyen ingenieros, abogados, contables, peritos contables, peritos de seguros, etc.